Extiende la masa de pizza sobre la superficie de trabajo y cúbrela con una buena cantidad de salsa de tomate. Después, agrega un poco de orégano, la mozzarella rallada y las rebanadas de salami. Asegúrate de dejar un poco de espacio en los bordes para que los ingredientes no se derramen en el siguiente paso.
Ahora enrolla la pizza firmemente y corta el rollo en rebanadas de 2,5 cm. Coloca las piezas en una bandeja y métela al horno por 12 minutos a 200 ºC.
Después de hornear las rebanadas, mete una pajita decorativa o un palito de madera en cada una.