Pon la mantequilla, el queso crema y la leche en una olla, y caliéntalo todo. Separa los huevos, añade las yemas, la harina y la maicena, y mezcla todo hasta obtener una masa suave. Luego bate las claras de huevo con azúcar hasta que hagan espuma e intégralas con cuidado y gradualmente en la mezcla en la olla, la cual debe quedar cremosa y sin burbujas.
Toma 4 cucharadas de la mezcla y viértela en 2 pequeños tazones. Agrega el resto de la mezcla en un molde para pasteles previamente forrado con papel de horno. Usa un pincho de madera para perforar la masa y golpea el molde ligeramente dos veces sobre la superficie de trabajo para expulsar las burbujas de aire de la masa.
Colorea uno de los dos tazones con chocolate para beber y el otro con cacao para hornear. De esta manera obtendrás una masa marrón claro y otra marrón más oscuro. Rellena las mangas pasteleras con una de las masas. Después usa ambos colores para dibujar un patrón de leopardo en la superficie de la masa color claro que está en el molde redondo.
Llena una bandeja de horno profunda con agua y pon el molde para pasteles en baño maría. Precalienta el horno a 120 °C con el calor superior e inferior activado y hornea el pastel durante 20 minutos. Posteriormente sube la temperatura a 150 °C y hornea el pastel durante otros 15 minutos.
Después de 15 minutos de cocción, abre la puerta del horno unos 10 segundos y vuelve a cerrarla. Baja la temperatura del horno a 100 °C. Hornea el pastel durante otros 40 minutos. Después de 40 minutos apaga el horno y deja enfriar el pastel en el horno abierto durante 10 minutos.