Echa todos los ingredientes para las albóndigas en un bol grande y amásalos bien con las manos. Cuando los ingredientes estén bien mezclados, forma albóndigas de unos 4 cm de diámetro hasta acabar toda la carne.
Fríe las albóndigas en un poco de aceite caliente por todos los lados.
Derrite mantequilla en una olla, vierte la harina y mézclala bien. Deja que la mantequilla se convierta en una especie de espuma antes de añadirle la leche. Sazona con pimienta y sal, mezclando todo bien con una varilla. Deja que se haga un rato al fuego y luego aparta.
Cubre el fondo de una fuente para horno con la mitad de la salsa bechamel, cúbrela con las láminas de lasaña y coloca sobre estas 12 albóndigas. Vierte una cucharada generosa de salsa de tomate sobre cada albóndiga y esparce un tercio del queso mozzarella y la mitad del jamón cocido por encima. A continuación, va así: 4 láminas de lasaña, bechamel, jamón cocido, mozzarella, 4 láminas de lasaña, 12 albóndigas, salsa de tomate y mozzarella. Finalmente, hornea la lasaña a 170 ºC (con opción de ventilador) durante 40 minutos.