Corta el chocolate negro en trozos muy pequeños y derrítelo en baño maría. Ten cuidado de que el agua no entre al recipiente. El chocolate debe derretirse solo con vapor. Cuidado, si lo calientas demasiado, se hace grumos.
Una vez derretido, vierte una cucharada de chocolate en medio de un plato de postre y déjalo endurecer.
Infla tres globos de 8 centímetros de diámetro. Límpialos con mucho cuidado y luego sumérgelos en el bol de chocolate negro.
Presiona cada uno de los globos en su respectiva base de chocolate: sostenlos hasta que se sequen un poco para que no se deslicen.
Una vez que el chocolate se haya endurecido completamente, pincha el globo con una aguja y sácalo de la cáscara de chocolate.
Derrite el chocolate blanco y mézclalo con la nata batida. Viértelo en una manga pastelera y rellena 3/4 partes de la 'cáscara de huevo' hecha de chocolate.
Para hacer la 'yema', haz un hueco pequeño en medio de la crema con una cucharilla y agrégale un poco de mermelada.