En primer lugar, templa el chocolate blanco y añádele el colorante alimentario blanco. Esto hará que los colores destaquen luego. Repártelo uniformemente en tres tazones. Colorea el chocolate líquido de un bol de rojo, y el otro de verde. Rellena el molde de silicona con los chocolates. Repártelos bien con un pincel de cocina y déjalos reposar a temperatura ambiente. Refrigera el molde para que se endurezca el chocolate. Extrae luego las mitades de bolas con cuidado del molde.
Para el relleno cremoso, mezcla el chocolate picado con la crema caliente. Déjalo enfriar brevemente, añade la crema batida y reparte esta mousse en tres boles a partes iguales. Mezcla la crema del primer bol con el chocolate rallado. Añade la mermelada a la crema del segundo bol y mezcla todo bien. Añade la crema de pistacho al tercer bol. Introduce los 3 boles en el refrigerador.
Coloca las mitades de bola sobre boles pequeños para poder sujetarlas bien y rellénalas con las cremas del color correspondiente.
Toma los Reese's Minis y clávales un agujero en el centro con un palillo de dientes. Anuda los finales del cordón y pásalos con ayuda del palillo de dientes a través de los chocolates.
Pincela los chocolates con brillantina dorada comestible. Calienta un cuchillo y aplana una mitad de bola rellena de chocolate con él. Coloca el cordón en el filo de la bola, de forma que el nudo esté dentro de esta. Coloca encima la mitad de bola del mismo color y presiónala con cuidado. Desliza el Reese's en dirección a la bola y pégalo con una gota de chocolate líquido a esta. Decora la bola con brillantina dorada y plateada y vuelve a refrigerar.
Ahora solo falta servirlas o colgarlas del árbol. ¡Qué ganas de Navidad!