La focaccia sabe a sol, mar y alegría de vivir italiana desde el primer bocado. No es de extrañar, ya que este popular pan combina una corteza crujiente con un interior esponjoso y mucho aceite de oliva. Originaria de Liguria, tradicionalmente se hornea con sal marina y romero. Pero la focaccia es tan versátil que se puede adaptar perfectamente a las diferentes estaciones. Nuestra focaccia de otoño con manzana combina fruta y hierbas, creando una combinación que te conquistará.
Focaccia de otoño con manzana y tomillo: lo mediterráneo se une a lo rústico
En Italia, la focaccia se considera un pan para cualquier ocasión: por la mañana se disfruta junto a un capuchino como desayuno, a mediodía se toma con sopa o ensalada, por la noche como acompañamiento de antipastos o queso. Y existe desde hace mucho tiempo: el nombre focaccia deriva del latín focus: el fuego del hogar. Ya los antiguos romanos horneaban panes planos sobre piedras calientes o en las brasas. El hecho de que este pan tan sencillo haya sobrevivido hasta hoy demuestra lo genial que es su concepto: pocos ingredientes, mucha paciencia y un aceite de oliva de muy buena calidad.
Nuestra versión combina el clásico con fruta de temporada para crear una focaccia de otoño con manzana y tomillo. Perfecta para la temporada actual, cuando apetece algo más sustancioso pero no demasiado pesado. Así que, ¡manos a la obra!
La base es una masa de levadura clásica hecha con harina, agua, sal, levadura y un buen aceite de oliva. El secreto: la masa debe reposar durante mucho tiempo. La auténtica focaccia vive de largos periodos de reposo, durante los cuales despliega su aroma característico y su miga aireada, casi como una nube. Así que deja reposar la masa al menos varias horas o, preferiblemente, toda la noche. Luego, colócala en un molde engrasado, estírala suavemente y presiona con los dedos para hacer los hoyuelos típicos.
Para convertirla en nuestra focaccia de otoño con manzana y tomillo, necesitas, por supuesto, esos ingredientes: en lugar de romero y aceitunas, distribuye rodajas de manzana y tomillo fresco sobre la masa. ¡Así hornearás el delicioso sabor del otoño!

Focaccia de otoño con manzana
Utensilios
- 1 Bandeja de horno (aprox. 30 x 40 cm)
Ingredientes
- 7 g de levadura fresca
- 350 ml de agua tibia
- 500 g de harina de trigo tipo 550
- 2 cucharaditas de sal
- 4 cucharadas de aceite de oliva y un poco más para rociar
- 2 manzanas p. ej., tipo elstar o boskoop
- 2 ramitas de tomillo fresco
- Sal marina al gusto
Elaboración paso a paso
- Disuelve la levadura en el agua tibia y déjala reposar 5 minutos. Pon la harina en un bol, añade la sal y el aceite de oliva, y vierte la mezcla de levadura.
- Amasa todo hasta obtener una masa lisa y elástica. Unta la superficie con un poco de aceite de oliva, cubre el bol y deja que la masa repose durante toda la noche en un lugar fresco.
- Engrasa una bandeja de horno o un molde con aceite de oliva. Coloca la masa encima y estírala con cuidado hasta que cubra todo el molde. Presiona con las yemas de los dedos para hacer pequeños hoyuelos en la masa. Déjala reposar otros 30 minutos.
- Precalienta el horno a 200 °C con calor superior e inferior.
- Lava las manzanas, quítales el corazón y córtalas en rodajas finas. Distribuye las rodajas de manzana uniformemente sobre la masa. Deshoja el tomillo y espárcelo por encima. Rocía todo generosamente con aceite de oliva y espolvorea un poco de sal marina.
- Hornea la focaccia durante 25-30 minutos, hasta que esté dorada y desprenda un aroma delicioso.
Este artículo se publicó originalmente en leckerschmecker.me y se ha traducido con ayuda de la IA. Nuestro equipo editorial lo ha revisado cuidadosamente antes de su publicación.

